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Origen de las Constelaciones

constelaciones

Hoy en día las constelaciones tienen un propósito más allá de causarnos fascinación, ya que permiten saber qué astros estamos contemplando en ese momento.

Las constelaciones son conceptos imaginarios ideados por ilustrados poetas, agricultores y astrónomos que han surgido de sus ideas de cómo el firmamento influye entre nosotros desde hace miles de años.

En una noche totalmente oscura y en un sitio adecuado, se pueden observar más de 1500 estrellas y poder reconocer cada una es una tarea muy difícil, casi imposible.

Por esta razón, los astrónomos emplean los tipos de constelaciones para dividir en fragmentos el firmamento y hacer su estudio más cómodo.

¿Cómo identificar las constelaciones?

Hay muchos consejos a las hora de poder observar correctamente las constelaciones en este vídeo te explicamos como.

Un ejemplo de ello es que, si se observa durante una noche de invierno tres estrellas en fila, puedes saber que son parte de la Constelación o Cinturón de Orión.

constelacion de orion
Cinturón de Orión

Inmediatamente el resto de la constelación va tomando forma, pudiendo localizar a Betelgeuse en su hombro izquierdo y Rigel en su pie.

Una vez que se ha localizado la Constelación de Orión, puedes recordar que sus perros siempre están cerca, por lo que puedes empezar a buscarlos.

Con esta información sobre las constelaciones, nos resulta muy sencillo localizarnos en el cielo, reconociendo estrellas solamente con irnos guiando mediante estas formas imaginarias.

¿Qué es una constelación?

Las constelaciones no son más que un conjunto de estrellas que se proyectan en el cielo y que solamente pueden ser observadas desde la Tierra.

Estas han sido aglomeradas por diferentes civilizaciones a lo largo de la historia, para poder entender de mejor forma sus formas y como método de navegación.

Las diferentes culturas le han otorgado a estas aglomeraciones de estrellas diversas formas de dioses, héroes, animales o criaturas fantásticas.

Las constelaciones no cuentan con ningún tipo de asociación física entre ellas. No se encuentran a la misma distancia ni tienen la misma edad, salvo en algunas excepciones.

Las únicas particularidades que comparten son una cercanía angular o proximidad al proyectarse en la esfera celeste, además de su brillo que las hace destacarse sobre el resto de estrellas.

Las características de las constelaciones han servido para la navegación marítima y marcar el ritmo de las estaciones, gracias a que son muy fáciles de reconocer y solo son visibles distintos momentos del año.

¿Cuántas Constelaciones Hay?

Seguramente te preguntarás cuantas constelaciones  hay y qué son. Los especialistas afirman de forma oficial que existen unas 88 constelaciones que cubren el cielo visible desde los hemisferios norte y sur.

Estas constelaciones están conformadas por 14 hombres y mujeres, 9 aves, 2 insectos, 19 animales terrestres, 10 seres acuáticos, cuatro seres mitológicos (dos centauros, un dragón y un Pegaso), además de un río y 29 objetos.

Otros expertos consideran que existen más, debido a que algunas constelaciones están conformadas por más de una criatura u objeto.

Hay que tener en cuenta que el nombre de las constelaciones, además de su forma, poco tiene que ver con los objetos, personas o animales que representan.

Lo más probable es que los astrólogos y soñadores de antaño les impondrían estos nombres por sus animales favoritos o héroes renombrados.

Historia de las constelaciones

El origen de nombres constelaciones y estrellas, además de su uso, es tan antiguo como la misma civilización.

Sin embargo, la historia de las constelaciones modernas como las conocemos hoy se remonta a la antigua Grecia pero unos siglos más adelantes de la era de Homero, siendo la descripción de mayor longevidad el poema Phaenomena, elaborado cerca del 270 a.c por el poeta Aratus.

Sin embargo, en este texto se manifiesta que los nombres de constelaciones y estrellas, además de su localización, datan desde hace muchos atrás, lo que hace pensar que las constelaciones griegas tienen su origen en los sumerios y babilonios.

Poetas tan renombrados en la producción occidental han representado a la astrología en sus fascinantes historias y cuentos legendarios.

Este es el caso de Homero, quien tanto en La Ilíada y en La Odisea describe a la Tierra como Plana  en la que el Sol, la Luna y las estrellas se mueven alrededor de la misma, elevándose en el Este y poniéndose al Oeste.

Durante el transcurso de estos cuentos mitológicos, se citan varios astros, los cuales sirven de guía para los héroes, además de inspiración.

Tal es el caso del planeta Venus, siendo nombrado por Homero como la estrella de la mañana y de la tarde, además de constelaciones más conocidas como Orión o la Osa Mayor y el Boyero

La osa mayor se destaca en la historia por nunca ponerse, siendo un instrumento fundamental para marcar el norte, lo que fue esencial para que Ulises pudiera regresar a su casa en Ítaca.

Más adelante esto se pudo corroborar, al descubrir que Tales de Mileto tres siglos antes de Aratus ya había introducido la constelación de la Osa Menor, la cual fue la recomendada como guía de navegación al estar más cercana al polo norte verdadero.

Ya entrados en el cambio de era, Cayo Julio Higino, un esclavo liberto de origen hispano perteneciente  al emperador Augusto del imperio Romano, brindó una gran cantidad de ejemplos sobre astrología, sobre mitología y astronomía en sus obras Poeticum astronomicum y Fabulae.

En el año 150 d.c, el filosofo griego Ptolomeo publicó un libro conocido como El Almagesto, el cual posee una excelente descripción del conocimiento astronómico de los griegos.

En él se adjuntan 48  nombres constelaciones  y se catalogan 1022 estrellas, siendo estos elementos los que le dan la base al sistema de constelaciones que utilizamos actualmente.

A medida que han pasado los años, diversos astrólogos han agregado nuevas constelaciones para llenar los vacios existentes entre las figuras retratadas por Ptolomeo y terminar de mapear las regiones del cielo inexploradas  cercanas al polo sur.

Entre los hombres más reconocidos por sus aportes a la astronomía de constelaciones se destacan Gerarudus Mercatorr, Pieter Keyser y Frederick de Hautmann.

Todos ellos navegaron en algunas de las primeras expediciones comerciales a la Inda oriental a mediados del siglo XVII, cartografiando los cielos del sur.

Finalmente, el astrónomo polaco Johannes Hevelius, en 1690 crea la constelación del sextante en su atlas estelar titulado Prodromus Astronomiae, el cuál sería publicado de forma póstuma por su mujer Elisabeth Hevelius .

Otro gran avance en el estudio de la astrología se pudo dar gracias a la primera circunnavegación de la tierra, realizada por Fernando de Megallanes, quien les da el nombre a las dos galaxias satélites de la Vía Láctea, la Pequeña y la Gran Nube de Magallanes.

Estos cuerpos celestiales recibieron este nombre cuando el navegante portugués, al servicio de Juana I y su hijo Carlos, monarcas de España y las Indias, falleció a mitad del camino, lo que obligó que el mando fuera tomado por Juan Sebastián Elcano, quien completó la hazaña.

Finalmente, el mapeado estelar tal como lo conocemos hoy, fue completado por el francés Nicolas Louis de Lacaille y la publicación póstuma de su obra Coelum Australe Stelliferum, en el año 1763, fue el resultado de la exploración del cielo austral.

Esto hizo necesaria la inclusión de 14 nuevas constelaciones, que completan las 88 que son aceptadas por la Unión Astronómica internacional.

La Constelación de Pléyades y su influencia en las civilizaciones

constelacion de pleyades

Las pléyades son un cúmulo estelar abierto, el cual está unido por la fuerza de la gravedad. Estas son normalmente encontradas en la constelación de Tauro y debido a su cercanía con la Tierra, se convirtieron en elementos imprescindibles para las antiguas civilizaciones.

Desde la tierra se pueden observar como un conjunto de elementos resplandecientes de color azul claro.

En la antigua Grecia, eran vistas como las hijas del titán Atlas y la ninfa Pléyone, las cuales de acuerdo a la mitología, fueron las niñeras y maestras de Dionisio.

El calendario Azteca y el Maya fueron creado gracias a la observación de un conjunto de Pléyades.

Estos las llamaban como Tianquitzli, que significa “mercado” y las empleaban en ciclos de 52 años, que es el tiempo que tardan en entrar en conjunción con la tierra.

Los antiguos habitantes americanos tenían la firme creencia que en el momento en que esto no ocurriera de igual forma, el mundo llegaría a su fin.

Importancia de las constelaciones

Las constelaciones a lo largo de la historia han tomado mucha relevancia en diversos aspectos, en especial gracias a que ellas han estimulado el desarrollo de elementos culturales y autóctonos, los cuales se conservan hasta nuestros días.

Absolutamente todas las culturas antiguas, ya sean orientales u occidentales, buscaron por medio de las costumbres dar explicaciones a ese fenómeno que no tenían la posibilidad de entender por medio de la ciencia.

Este tenía que ver con la posibilidad observar luces en el firmamento, que permanecían en su mismo estado y se hacían presentes en las noches de cada jornada.

Muchos de estos misterios y teorías han sido desvelados actualmente por los avances científicos, sin embargo, muchos se mantienen aún en vigor y son usados por culturas actuales.

Uno de los aspectos que siempre ha destacado al ser humano es su capacidad para utilizar los medios a su alrededor para mejorar su estilo de vida y cruzar las fronteras de las limitaciones físicas y lo conocido.

Bajo esta premisa, en la antigüedad, cuando aún no se contaban con elementos tecnológicos que ayudaran a determinar la localización en el espacio a los humanos, las constelaciones se convirtieron en la herramienta fundamental para esta tarea.

Los navegantes de la antigüedad se desplazaban tomando como referencia a las estrellas en el cielo, y aquellas uniones de las mismas que se pueden observar de acuerdo a la ubicación en la que se encontrarán.

Con el pasar de los años, se fueron creando diversos elementos que permitían tener una ubicación más precisa. Sin embargo, las constelaciones siguieron siendo el punto de referencia durante muchos años.

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